En Sudán, desgarrado por la guerra, se registran masacres en la región de Darfur, donde el enfrentamiento entre el ejército regular y las milicias rebeldes de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FDR) es especialmente sangriento. Mientras tanto, la Iglesia permanece al lado de la población que sufre y de los más de cinco millones de desplazados internos, que han huido a ciudades donde no hay combates.