Un sacerdote en el exilio asegura que “el odio y la furia” de la dictadura de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo en Nicaragua, contra el obispo Rolando Álvarez, también exiliado, es la causa de la drástica reducción de 62 a 28 sacerdotes activos en la diócesis de Matagalpa.