En la mezquita más grande de Asia, Francisco recuerda que los lugares de culto, son espacios de diálogo, respeto y convivencia; que mirando en profundidad, en lo más íntimo, el deseo de plenitud en camino hacia Dios nos hace hermanos, más allá de las diferencias; y que los valores comunes a todas las tradiciones religiosas ayudan a la sociedad a erradicar la cultura de la violencia y de la indiferencia, como reza en la Declaración conjunta de Istiqlal firmada junto al Gran Imán de Indonesia