Los religiosos del santuario hablan de la llegada de los cohetes lanzados por Hezbolá a la Alta Galilea. Y explican por qué, a pesar de la situación y el sufrimiento, decidieron quedarse: no por coraje sino porque “estamos aquí para una misión, para cuidar los lugares santos”. Es en Cafarnaúm donde custodiamos la casa de Pedro. La Iglesia prácticamente nació aquí. Creemos en la protección del Señor”.