Las historias de deportistas refugiados, paralímpicos y olímpicos contadas en el Palacio San Calisto para poner en práctica ese “caminar juntos” que pide el Papa. De Andy Díaz y su “padre-entrenador” Fabrizio Donato al sufrimiento vivido como “enseñanza” por Amelio Castro Grueso, pasando por Mahdia Sharifi, la atleta y voz de las mujeres afganas