Francisco envía una carta a cardenales, prefectos y responsables de instituciones de la Curia y entidades vinculadas a la Santa Sede en la que pide «medidas urgentes» para el sistema previsional, cuya gestión está en el centro de la reforma económica. Por el momento, escribe el Papa, no se puede garantizar «el cumplimiento de la obligación de las pensiones para las generaciones futuras», por lo que «se necesita sensibilidad y voluntad de sacrificio por parte de todos».