El nuncio apostólico en Damasco relata las últimas horas en la capital siria conquistada por los rebeldes, expresando su esperanza en la recuperación del país, en la convivencia pacífica y, sobre todo, en el respeto de las tradiciones religiosas. “Quienes tomaron el poder prometieron que respetarán a todos, pero el camino aún es cuesta arriba. La comunidad internacional debería abolir las sanciones, son una carga para los pobres”.