37 de los 40 presos verán reclasificadas sus penas de ejecución a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. El Papa, que mantuvo una conversación telefónica con el líder estadounidense en los últimos días, había pedido rezar por los detenidos en el corredor de la muerte de Estados Unidos. Llamamiento apoyado por obispos estadounidenses y asociaciones humanitarias.