Francisco celebró la Misa de Conmemoración de los Difuntos en el “Rome War Cemetery”, entre las tumbas de los caídos en la guerra. Estaban presentes unas 300 personas, reunidas bajo la lluvia. El recuerdo de la joven edad de los caídos y el dolor por su final: “Tantos muertos inocentes, tantas vidas truncadas, las guerras son siempre una derrota. No hay victoria total”. La invitación a pedir a Dios el don de la paz