En su reflexión antes del Ángelus, Francisco invita a renunciar al tiempo pasado delante de la pantalla del teléfono para mirar la luz en los ojos de los demás, en el propio corazón, en la mirada de Dios hacia nosotros.
En su reflexión antes del Ángelus, Francisco invita a renunciar al tiempo pasado delante de la pantalla del teléfono para mirar la luz en los ojos de los demás, en el propio corazón, en la mirada de Dios hacia nosotros.