Francisco en el Ángelus renueva su grito: “¡Las armas se detengan, no traerán nunca la paz, que el conflicto no se amplíe! ¡Basta!”. También pide ayuda para Gaza y la liberación de los rehenes. Luego recuerda que “todo ser humano, ya sea cristiano, judío, musulmán, de cualquier pueblo y religión, todo ser humano es sagrado, es precioso a los ojos de Dios y tiene derecho a vivir en paz”