Diez años después de la visita de Francisco para la VI Jornada Asiática de la Juventud, desde Daejeon el testimonio del padre Cazzolato, misionero de la Consolata. Ilustra el trabajo de proximidad con los nuevos pobres, los emigrantes, que llegan sobre todo de Filipinas y Nigeria, el compromiso por el diálogo interreligioso y la esperanza de que con la JMJ 2027 en Seúl las nuevas generaciones encuentren estabilidad, acompañamiento, guías sabios y atentos.