El arzobispo de Turín y obispo de Susa, que recibirá la púrpura cardenalicia de manos de Francisco el próximo 8 de diciembre, comenta el anuncio de su nombramiento mientras participa en los trabajos del Sínodo: para mí es una invitación a la conversión personal, el Papa enseña que un cardenal no es «una eminencia» sino un pastor en medio del pueblo