Francisco presidió en la plaza de San Pedro la misa jubilar por los cuerpos militares y de seguridad, destacando su valor en la «lucha contra la criminalidad y las diversas formas de violencia», en la «salvaguarda de la creación» y en la «promoción de la paz»: no cultiven «el espíritu de guerra» sino estén del «lado de la legalidad», el «bien puede vencer a pesar de todo.