El Papa preside la misa de la solemnidad de la Epifanía del Señor en la Basílica vaticana y subraya que Dios vino al mundo para encontrarse con hombres y mujeres de todas las etnias y lenguas y que nos llama a “prohibir cualquier forma de selección, marginación y despilfarro de las personas.” El Pontífice insta a la fraternidad y a ser luz y signo de esperanza para los demás y añade: “Dios no se revela a círculos exclusivos ni a unos pocos privilegiados”, vino para todos.