En la capilla del Padre Nuestro del nuevo complejo penitenciario de Rebibbia, Francisco invita a tomar en manos la cuerda de la esperanza que como un ancla en la tierra nunca defrauda y abrir las puertas de par en par las puertas del corazón. Ante unas 300 personas entre reclusos, sus familiares, directivos y personal penitenciario, el Papa abrió la segunda Puerta Santa del Jubileo 2025.