El Administrador Apostólico del Cáucaso de los Latinos reflexiona sobre la importancia de aquel histórico viaje «improvisado», durante el cual Wojtyla se reunió también con el Patriarca Ilia II, que impulsó el diálogo ecuménico, aportó luz y esperanza a un país en el que había dificultades políticas y económicas, y alentó a la Iglesia que acababa de salir del comunismo