Largo llamamiento de Francisco al final del Ángelus del primer domingo de Adviento para que la comunidad internacional trabaje para detener los conflictos. El Pontífice recuerda el ejemplo de Argentina y Chile que con el diálogo evitaron el estallido de la guerra, luego dice alegrarse por el alto el fuego en Líbano, esperando que la tregua se mantenga y se extienda a Gaza donde la población «está agotada». El pensamiento del Papa para Siria, sumida en el caos, y para el pueblo ucraniano.