Al final de la audiencia general, el Papa lanza un nuevo llamamiento para que el conflicto entre Israel y Hamás no se extienda y pide que cesen las armas “empezando por Gaza, donde la situación humanitaria es insostenible”. “Que el amor venza al odio y que la venganza sea desarmada por el perdón”, añade el Pontífice, que invita a rezar “por los mártires de Ucrania, Myanmar, Sudán” y también por Pakistán y Afganistán para que se elimine la discriminación, en particular contra las mujeres.