Tras visitar el Castillo de Laeken para un encuentro con los soberanos y autoridades de Bélgica, Francisco se dirigió al Hogar Saint-Joseph, un centro dirigido por las Hermanitas de los Pobres, que acoge a mujeres y hombres de edad avanzada, gravemente enfermos y de escasos recursos. El Pontífice saludó y bendijo a todos los presentes, aseguró oraciones y pidió que rezaran por él