Tras las recientes noticias sobre las acusaciones contra el arzobispo emérito de Lima, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, confirma que se ha impuesto al cardenal un precepto penal sobre actividades públicas, lugar de residencia y uso de insignias. Este precepto sigue vigente, aunque en algunas ocasiones se ha concedido permiso por cuestiones familiares o de edad. En una nota, el cardenal afirma su “total inocencia” e indica que todas las acusaciones son “falsas”.