“Hay un refrán que dice con el mazo dando y a Dios rogando, entonces yo creo que cuando un hombre trabaja, se esfuerza, allí está la mano de Dios”, afirma Mauricio Estrada Príncipe, hombre de 59 años que estuvo preso por narcotráfico y que ahora siembra, en la Amazonía de Perú, cacao aromático orgánico de clase mundial que se exporta a Francia. |