En el mensaje para el congreso de vocaciones de tres días inaugurado, hoy, 7 de febrero, en Madrid, con tres mil participantes, el Pontífice invita a valorizar siempre los propios talentos. Aquí reside el fin último de la existencia: no desperdiciar los bienes materiales y espirituales para alejar a los demás de nosotros y de Dios. “En la oficina, en la familia, en el apostolado, en el servicio, llevad a Dios donde Él os envíe”