Tras rezar la oración del Ángelus, el Pontífice se detiene en los conflictos que desgarran a varios países del mundo e insta a proseguir las negociaciones para que cese el fuego en Oriente Medio. Entristecido por las numerosas víctimas de las guerras, Francisco recuerda en particular al joven de 23 años Hersh Goldberg-Polin, encontrado muerto el 10 de septiembre, cuya madre había recibido en el Vaticano el pasado mes de noviembre junto a las familias de otros rehenes