Tras el rito, el Cardenal Rolandas Makrickas, arcipreste coadjutor de la Basílica liberiana, preside la santa misa en la solemnidad de Santa María Madre de Dios. En su homilía recuerda que estamos llamados a una esperanza gozosa. Reflexiona sobre el don del tiempo, “criatura de Dios”, y advierte del impacto de las nuevas tecnologías que corren el riesgo de no valorarlo.