La comunidad cristiana de la ciudad de Cisjordania, a pocos kilómetros de Jerusalén, está preocupada por la escalada de violencia, pero no se desanima. Fray Sandro Tomašević, vice párroco y director del Hogar del Niño: “Esta vez la situación es más grave que en el pasado, pero nuestras actividades eclesiásticas no se han visto afectadas”. Temor por los peregrinos que por el momento siguen a salvo.