Desde la cama del hospital sin apenas movilidad pero sin perder la sonrisa, Belén Domínguez, una joven española de 31 años, cuenta cómo su fe le permite afrontar con paz y alegría el cáncer de médula que padece desde hace casi un año.
Desde la cama del hospital sin apenas movilidad pero sin perder la sonrisa, Belén Domínguez, una joven española de 31 años, cuenta cómo su fe le permite afrontar con paz y alegría el cáncer de médula que padece desde hace casi un año.