Los Museos Vaticanos presentan la “icónica estatua” del Apolo de Belvedere tras años de restauración
Tras el descubrimiento de la estatua en Roma en 1489, el Papa Julio II solicitó que el Apolo de Belvedere fuera llevado al Vaticano a principios del siglo XVI para formar parte de una colección papal conocida como el Patio de las Estatuas de Belvedere, que resaltaba los orígenes míticos de la antigua Roma