La escasez de trabajo empuja a los jóvenes a emigrar no sólo en el mismo continente africano sino también, con la guerra en Oriente Medio, hacia las granjas israelíes. La presencia de los misioneros sigue siendo una fuente de promoción humana, educativa y sanitaria en Malaui. La hermana Tornaghi, canosiana, denuncia las críticas de una democracia aún inmadura, la omnipresencia de las supersticiones en la fe: “Sin embargo, aquí soy una religiosa feliz”