El israelí y el palestino que el pasado 18 de mayo fueron abrazados por el Papa Francisco en Verona, durante la Arena de la Paz, se convierten en testigos y mensajeros del mensaje del Pontífice y piden a los Grandes que desde mañana estarán reunidos en Apulia en el G7 que intervengan para “salvar a más de un millón de personas del río al mar”.