El Papa reconoció el milagro ocurrido por intercesión del purpurado que, como presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, realizó las Jornadas Mundiales de la Juventud nacidas de la intuición profética de Juan Pablo II. Se trata de la curación de un niño de un año y medio intoxicado por la inhalación de porporina. Reconocidas también las virtudes heroicas de un sacerdote rogacionista y de dos fundadoras de Congregaciones religiosas