Mientras el país centroafricano está devastado por el conflicto civil y la pobreza, el pastor de la diócesis de Butembo-Beni, Monseñor Melchisedec Sikuli Paluku, cuenta cómo su porción de Iglesia sigue viviendo con optimismo, en una situación de miedo, pero también de aparente calma. Las celebraciones eucarísticas y el trabajo pastoral continúan sin mayores interrupciones mientras que próximamente serán ordenados nuevos diáconos. El papel eclesial en el proceso de pacificación nacional