La Misión de Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales intervino en Ginebra, con motivo de la 56ª sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos: “Es esencial proteger este derecho para promover la existencia de una sociedad pluralista en el que personas con diferentes opiniones o creencias puedan convivir pacíficamente”.