El historiador y fundador de la Comunidad de Sant’Egidio interviene en el dramático hito de los mil días de guerra para reiterar la importancia de no cerrar los contactos para lograr la paz. «Las palabras de Francisco nacen de la dramática constatación de que estos mil días no han servido para nada, salvo para hacer pagar a Ucrania y a los ucranianos un precio terrible».