En el Ángelus, el Papa dirige su pensamiento a los desplazados de la región, deseando que todos los habitantes puedan ser protegidos como parte de la cultura local y lanza un llamamiento para la conservación de los monasterios. Los refugiados que huyeron tras los ataques azerbaiyanos, unos 100.000, temen no poder regresar nunca a sus hogares. Gayané Khodaveerdi, secretaria de la Unión de Armenios: “El apoyo psicológico es fundamental”.