En su encuentro Francisco tuvo palabras de aliento, de cercanía hacia los obispos, religiosos y agentes pastorales presentes en la catedral de San Pedro y Pablo. Les invitó a seguir adelante, dando su testimonio del amor de Cristo. Que no tengan miedo de los números reducidos, de los éxitos que no llegan, de la relevancia que no aparece. No es este el camino de Dios.