La tarde de este sábado, 23 de septiembre, el Santo Padre presidió la Santa Misa en el Estadio Velódromo de Marsella. En su homilía el Pontífice señaló que, “la experiencia de la fe genera sobre todo un salto ante la vida. Saltar significa ser ‘tocados por dentro’, tener un estremecimiento interior, sentir que algo se mueve en nuestro corazón. Es lo contrario de un corazón aburrido, frío, acomodado a una vida tranquila”.