Francisco se reúne con ANMIL, asociación que agrupa a amputados e inválidos en el trabajo, y vuelve a hablar de la necesidad de garantizar la seguridad. El aumento de los accidentes “se produce cuando el trabajo se deshumaniza”, cuando el objetivo exclusivo se convierte en la productividad. El Pontífice advierte sobre el fenómeno del lavado de conciencia: “La vida no se vende por ningún motivo, tanto más si es pobre, precaria y frágil. Somos seres humanos y no máquinas”