Se trata de la primera fase del proyecto piloto puesto en marcha en Addis Abeba por el Fondo Mundial de Solidaridad, en cooperación con cinco congregaciones religiosas. Desplazados internos, procedentes del campo y del Tigray en guerra, repatriados de los países árabes del Golfo, refugiados, marginados y niños de la calle de la capital, son acogidos por las Misioneras de la Caridad, el Servicio Jesuita a Refugiados y los Salesianos de Don Bosco, para luego recibir formación y encontrar trabajo.