El Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en la clausura de la XIII Asamblea de la Federación Luterana Mundial, hoy en su última jornada en Cracovia, expresa en nombre de la Iglesia sus mejores deseos al nuevo presidente: no descuidemos “los recuerdos dolorosos” impresos “en nuestra memoria confesional”, sino afrontémoslos en la “presencia sanadora y reconciliadora de Dios”.