Al final del encuentro con los consagrados en la catedral de Ulán Bator, un dron tomó una foto de Francisco con los fieles de la Iglesia de Mongolia. Una toma única que muestra el tamaño del “pequeño rebaño” católico e inmortaliza la primera visita de un Papa al país asiático. Entre los fieles presentes había también grupos chinos. Antes del encuentro Francisco saludó en un ger a una anciana que hace años encontró en la basura la estatua de la Virgen, venerada como la Madre del Cielo