En su homilía de la Misa que el Papa Francisco presidió este domingo en Ulán Bator, en el ámbito de su viaje apostólico a Mongolia, invitó a detenerse en dos aspectos: la sed que nos habita y el amor que apaga la sed
En su homilía de la Misa que el Papa Francisco presidió este domingo en Ulán Bator, en el ámbito de su viaje apostólico a Mongolia, invitó a detenerse en dos aspectos: la sed que nos habita y el amor que apaga la sed